martes, 31 de diciembre de 2013

Se acaba el 2012 más uno.

Por fin se acaba el año 2013. Un año trufado de injusticia en forma de recortes, de pérdida de derechos, de socializar las pérdidas de los bancos, de acentuación de las desigualdades, de maltratar las libertades duramente conquistadas en nuestra aún incipiente democracia.

En RTVE también hemos recibido nuestra dosis de “neoliberalina”, medicina administrada con soltura y generosidad por nuestro gobierno popular, no porque sea respaldado por el pueblo sino por las siglas que se atribuyen. Ciertamente, no nos hemos llevado el paquete mayor de comprimidos de esta popular medicina, ni de vaselina por los escozores que produce. Pero me llena de incomodidad la forma de administración, que en medicina dicen es el todo, y la naturalidad con que hemos encajado la dosis. Y no se puede decir que el paciente no se resistiese en un primer momento, pero el médico y familiares insistieron hasta acongojarnos, que temimos que este catarro fuese ya gripe aviar. Así fue nuestra respuesta, como “pollos sin cabeza”. El médico ha tomado buena nota, y ya veremos cómo aplica las nuevas dosis, incluso sin esperar los plazos de aplicación. Se barajan nuevas fórmulas de administración, subcutáneas, cutáneas, anales e intravenosas ¿Quién dijo que era peor el remedio que la enfermedad?  En este caso qué razón tenía.

No quiero dejar pasar esta oportunidad para despedir el año 2013 como se merece, con una contundente patada en el trasero de la agenda de recortes sin tiento de nuestro gobierno anti-sistema (democrático), anti-ciudadanos y anti-cuado. Si quiero desearnos un poco menos de resignación, de indiferencia, de autocomplacencia y de insolidaridad.


Si podemos, claro que podemos.

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