viernes, 5 de agosto de 2011

Un primer paso en CRTVE

En la historia reciente de RTVE se han dado pocos pasos hacia delante. El deterioro de nuestra empresa en lo laboral ha sido la tónica dominante, mucho antes de la creación de la actual corporación. Parecía que la ley 7/2006 que reformaba la televisión de titularidad pública estatal daría un fuerte impulso a RTVE. Ganada la batalla de la lucha por las audiencias, en el terreno comercial, y pagada en el mercado a buen precio, perdimos la bandera del servicio público y los programas hechos en casa. Con la ley que suprime la publicidad en 2009 venimos navegando sin rumbo y casi sin viento, intentando mantener un liderazgo insostenible en las aguas revueltas de la televisión en España y Europa.

La necesidad de trazar un plan estratégico para RTVE que vaya más allá de las líneas maestras marcadas en el Mandato-Marco aprobado en el congreso, y obviado por la Dirección y el Consejo de RTVE, es cada día más perentoria. RTVE es un servicio público, pero también una empresa y como tal debe gestionarse. Se deben marcar objetivos de producción y servicio público que sean alcanzados desde una planificación y gestión eficaz y eficiente. De otro modo, la ciudadanía perderá, a no mucho tardar, un servicio esencial en los albores del siglo XXI y de la manoseada sociedad de la información.

Un primer paso podría ser aclarar el marco de las relaciones laborales con un nuevo convenio que regule los procesos productivos y permita aflojar tensiones internas. Supondrá un hito histórico en nuestra empresa que mediante un referéndum dicho convenio sea aprobado, lo que permitirá integrarlo y valorarlo más por todas las partes.

Queda mucho por hacer en la televisión de todos. La financiación y la recuperación de producción propia interna, problemas que con el tiempo parecen endémicos de RTVE, suponen grandes retos a los que deben darse respuesta desde dentro y fuera de la Corporación. Necesitamos por tanto un giro en la idea de televisión, radio y nuevos medios de comunicación tienen muchos de los dirigentes de la nueva CRTVE, de financiación pública. Esto no se puede gestionar como un ministerio, tampoco como Tele 5. Seguramente habrá que perfeccionar la ley para asentar la financiación y los niveles de producción interna que son exigibles a una empresa estatal con la plantilla disponible, pero sobre todo es necesario un verdadero plan estratégico que clarifique objetivos de emisión, establezca los niveles de producción versus compra de programas y desarrolle los mecanismos de gestión y financiación, siempre sin perder de vista las encomiendas de servicio público establecidas por ley.
Entre tanto la coyuntura económica y la inestabilidad política no parecen propiciar el cambio, así los trabajadores de RTVE debemos perseverar y dar un primer paso por nuestro propio bien y el de la ciudadanía.