Cuando todo es moneda de cambio quien pierde es el ciudadano, es decir el servicio público que recibe. En el siglo XXI un medio de comunicación como la televisión, ya no es un medio para controlar a las masas, es un instrumento para hacer negocio utilizando a las masas. El negocio casi siempre tiene su beneficio, muchas veces económico, otras ME DEBES UNA, que finalmente acaba haciéndose tangible.
En este país hay mucha productura preocupada por la capacidad de compra de RTVE, y por tanto de su presupuesto. En una coyuntura de crisis, con un presupuesto en retroceso, teniendo que pagar IVA, y con una plantilla, a pesar de muchos todavía cuantiosa, en RTVE se siguen infrautilizando sus recursos, para que me debas una, con la consiguiente duplicidad del coste que sufraga el ciudadano.
La subcontratación de la producción, en una corporación pública, a empresas que rayan la explotación de los trabajadores, donde estos trabajan en condiciones precarias y sin derechos, sin regulación laboral que les ampare en la mayoría de los casos, es una verguenza para un país que en breve presidirá la Unión Europea. La defensa de un trabajo digno, proclamado por los sindicatos de clase, debe exigirsele a nuestro gobierno como uno de los pilares del estado del bienestar, propio de una sociedad moderna.
El Sr Rodríguez Zapatero ha ido modificando el rumbo de RTVE según de donde soplase el viento, supongamos que sin ser consciente de la repercusión, flaco favor, que tiene precarizar el modelo audiovisual de este país, y sobre todo aquel que asegura al ciudadano una calidad y un verdadero servicio público, es decir la televisión pública, RTVE. Aún tiene la última oportunidad de aclarar este desagisado con la nueva ley que se debate en el parlamento, Ley General de la Comunicación Audiovisual (LGCA).
En fin, el servicio público audiovisual nos sale más caro y es de peor calidad, los puestos de trabajo son más precarios e indignos y nuestro gobierno le debe una a otros medios, mal asunto.
Meteoros en RTVE
