De una manera u otra al final nos afectarán las medidas de recorte del gobierno. Nuestra vinculación financiera a los presupuestos generales del Estado hace inevitable que en el borrador de los presupuestos del 2011, la partida de RTVE no sufra un ajuste por encima de lo estimado en la ley de financiación de la Corporación. A todo esto debemos sumar los problemas que pueden acarrear las denuncias ante Bruselas de las “telecos” y televisiones privadas sobre los impuestos a los que se ven sometidos, fijados por la mencionada ley, ante lo cual podemos deducir que previsiblemente nuestro presupuesto se va a ver seriamente comprometido. Una consecuencia directa del reciente decreto-ley ha sido la nueva paralización de la negociación del contrato-programa de RTVE.
Las cuentas no salen pero tampoco le ha interesado al gobierno provocar la participación de la radio y televisión pública estatal en una posible convocatoria de huelga, es decir en la ya convocada huelga del día 8 de junio, y así nadamos en la ambigüedad que provoca el texto del “decretazo” sobre RTVE.
Los trabajadores de RTVE llevamos movilizándonos casi 4 meses en defensa de la producción propia interna como un servicio a los ciudadanos que la propia ley considera esencial. El ataque del gobierno a las rentas del trabajo y al sector público es de dimensiones hasta hoy desconocidas en éste país, y los trabajadores de RTVE nos debemos sentir concernidos y apoyar las movilizaciones aunque no sea directamente parando el día 8. Por el camino que van las cosas seguramente nos veremos todos en una convocatoria de huelga general, incluso Europea, en la que debemos participar y ser protagonistas.
