jueves, 25 de octubre de 2012

Política y más política en RTVE

Cómo venía diciendo la política es un instrumento en democracia para establecer las normas de convivencia de los pueblos. Nunca deberíamos confundir política con partidismo, es decir con estrategias de organizaciones para alcanzar el poder.
Así hemos vuelto en RTVE, por decreto, a la televisión partidista que la Ley 7/2006 de Radio y Televisiones Públicas de Titularidad Estatal intento con mayor o menor fortuna dejar atrás. El anterior gobierno se equivoco en muchas cosas, en RTVE sobre todo en fomentar el amiguismo y no apostar por la producción interna, pero habrá que reconocer que esta etapa ha sido una de las mayor credibilidad, aceptación y audiencia de la historia de RTVE.

La ciudadanía no es pasiva, ni tonta, y cuando las políticas partidistas se visualizan en la pantalla se mueve, cambia de canal. Estas no son buenas noticias para el futuro de la radio televisión pública, y menos en los tiempos que corren. Sin audiencia, sin producción interna, sin presupuesto esto beneficia a los antisistema en el gobierno para acabar con los derechos de información plural, objetiva e imparcial recogidos en la constitución y que forman parte de los derechos humanos, en resumidas cuentas reducir el servicio público audiovisual a la mínima expresión.

En el denostado mundo del sindicalismo, evidentemente por los poderes fácticos con los que confronta, se hace mucho partidismo y sobre todo en RTVE. Que no mandan los míos pues me acuerdo de los muchos directivos externos que sobran, de la escasa producción interna que hacemos y de cómo se entregan los dineros a las productoras de afines a los que mandan, que cambia la tortilla pues ya no hace falta hacer asambleas, ni movilizar plataformas, ni hojas sindicales incendiarias, sino todo lo contrario. Mantenerse en equilibrio, con objetividad y en la defensa de todos los trabajadores, y no de unos cuantos, es una cualidad que tienen pocos, alguno hay y todo el mundo lo intuye aunque solo se le vote masivamente cuando están en juego los dineros propios. Es difícil no dejarse llevar por el torbellino de intereses y mantener viva la llama de la reivindicación y los derechos de los trabajadores, y este es el momento porque lo demás será bienvenido por los que quieren acabar con RTVE, más tarde o más temprano.

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