lunes, 8 de marzo de 2010

Una movilización responsable

Los trabajadores de RTVE han realizado un ejercicio de responsabilidad. Las movilizaciones convocadas, y que han culminado el pasado día 3 de marzo en una exitosa huelga de 24 horas, suponen una manifestación contra el estado de las cosas en la radiotelevisión pública. Los trabajadores con concentraciones a las puertas de los Premios Goya, del Teatro Monumental, mediante masivas asambleas y concentraciones, con paros, encierros, manifestaciones multitudinarias y una huelga secundada por el 95% de la plantilla, han dicho ¡Basta ya!

La externalización del trabajo para entregarlo a las productoras de las que provienen mayoritariamente los directivos de TVE, mientras parte de la plantilla esta de brazos cruzados, junto con el deterioro de las relaciones laborales y los bandazos del modelo de RTVE han concienciado a los trabajadores para exigir un cambio de rumbo en la política de la dirección de empresa que haga a medio y largo plazo viables los puestos de trabajo existentes.

Los trabajadores, a pesar de tener un convenio bloqueado por la Dirección, a pesar de no tener aún negociada la subida salarial de 2009, han optado por relegar sus justas reivindicaciones laborales para defender la producción propia interna de programas. Esta apuesta por la producción es lo que garantiza los puestos de trabajo en el futuro, lo que garantiza un servicio público audiovisual con garantías y el necesario contrapeso en el panorama de los medios de comunicación españoles. Relegar a TVE a ser un mero poste emisor supondría, no solo la perdida de un gran número de puestos de trabajo, sino la entrega al sector privado del servicio público audiovisual.

Parecía que las tentaciones privatizadoras de los servicios públicos en este país habían desaparecido con el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero con los sucesivos cambios de modelo, vía promulgación de leyes, se ha abierto la puerta de atrás donde RTVE podría llegar a emitir todo aquello que produzcan terceros.

La información, la opinión, la educación, la cultura y la cohesión de los pueblos se vertebra a través de sus medios de comunicación y fundamentalmente mediante la televisión. Unos medios decantados políticamente y como único objetivo el beneficio económico, suponen para los ciudadanos de este país una ruptura con las políticas sociales instauradas en Europa. Habría que reflexionar si los mecanismos de protección social no deben incluir medidas en el terreno de la comunicación donde cada día el ciudadano se encuentra más indefenso.

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